TOV: ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL PARA LA DIFUSIÓN DE NUESTROS VALORES
BAJO LA DIRECCIÓN DEL RAB YOSEF YAGENEn este número:
Tzniut: Un ticket hacia nosotras mismas.
Lej Lejá, vete para ti. Hashem le ordena a Abraham irse y abandonar su tierra, su familia, su nombre... Le ordena ir hacia un destino que Él le mostrará.
Los baalé teshubá, tenemos en común, que en algún rincón de nuestra alma ha resonado la luminosidad de esta orden, por eso es que debemos irnos, (algunos con más urgencia y otros con más preparativos). A todos nosotros nos aúna la necesidad de cumplir, de irnos de nuestra vieja identidad, alejarnos de muchas de nuestras relaciones amistosas, de muchos proyectos, de mucha oscuridad, en busca de Su lámpara. Porque también en ese irnos, Hashem nos promete mostrarnos la Tierra Prometida, nos invita a encontrarlo allí, en el camino de nuestro retorno.
Y únicamente en el despojo, en la entrega absoluta, uno puede retornar a la Verdad.
Y es difícil, es doloroso. Sólo la fe absoluta en Hashem nos puede sacar de encima todas nuestras corazas y sólo con Él y por Él nos podemos disponer a quedarnos en carne viva, para dejarnos cubrir y proteger y abrazar por Su piedad, Su sabiduría y Su rigor.
Cada uno de nosotros, los baalé teshubá, sabemos que la "fuerza" que nos mueve a volver, es sustentada por nuestro deseo de acercarnos a Él en forma definitiva y sin fisuras. Sabemos de la potencia y de la vitalidad absoluta que tiene en nosotros el libre albedrío, en el momento, el día, la hora, en el instante en el que elegimos cumplir una mitzvá (mandamiento Divino), una pequeña o una gran mitzvá, sabemos que estamos ganándole a nuestro mal instinto y que como recompensa se nos abre el camino infinito hacia Su Presencia.
¿Qué pasa con nosotras?
Para las mujeres que decidimos retornar al camino de Hashem, y que hasta ese momento hemos participado del mundo secular, los cambios suelen ser muchas veces extremos y complejos. En la tormenta de desestructurar toda nuestra vida para someternos a Su voluntad, necesitamos de anclas que nos permitan afianzarnos lentamente en nuestro nuevo mundo, y ese ancla llega de manos del tzniut (recato y discreción en el vestir y proceder).
El tzniut es una guía práctica para ser una mujer nueva, acorde con la Torá, indicándonos los caminos para ser buenas esposas, buenas madres, buenas compañeras y buenas hebreas. Y digo hebreas, porque al igual que Abraham Avinu (el primer ibrí), el tzniut, nos pone también del "otro lado". Nos pone del otro lado de lo que está de moda, del consumo, de la frivolidad.
Seguir las reglas del tzniut, nos invita a abandonar la enfermiza idea de "gustarle a todo el mundo" y nos cuida muy bien de no ser provocadoras de miradas (ya sea de deseo o de envidia) que luego podamos lamentar.
El tzniut, como diría la amorosa Rabanit Ana Mohadeb, nos enseña a transformarnos en las piedras preciosas que el joyero oculta y se cuida de no exponer en la vidriera, a la vista de todos los que pasan.
El tzniut nos acompaña por una travesía secreta donde nuestro ser interior, nuestro espíritu crece, florece, y revive. Nuestro ser mujer cobra un sentido eterno y se materializa en nuestras acciones simples y cotidianas, elevándolas, elevándonos con ellas.
Para muchas de nosotras ésta es una tarea titánica y es un desafío absoluto: tomar esta postura en un mundo donde el éxito se mide en dólares, status y apariencias de poder.
En las mujeres "profesionales" existe cierta fantasía que nos ayuda a creer que, al salir de nuestras casas nos "liberamos". Muchas de nosotras sabemos que esto no coincide con la realidad. En muchos, muchísimos casos, "el mundo" nos ha cazado y terminamos siendo esclavas, alienándonos a las pautas del "mercado", a sus exigencias, sus compromisos, y su mirada despectiva hacia todo lo que no sigue su ritmo. Terminamos pensando que nuestra "realización" debe medirse por cánones sociales, las mayoría de las veces, totalmente alejados de nuestra esencia. Terminamos por embrutecernos y perder el único privilegio que nos es propio por y para siempre, y que ninguna persona, por más preparada y bienintencionada que sea, puede suplirnos, el privilegio que es la tarea de educar, cuidar, guiar, consolar, jugar, alimentar, y amar a nuestros propios hijos. Lamentablemente, en el mundo secular, nadie expresa su admiración por una mujer que ha tenido éxito en criar hijos sanos, sabios, piadosos y fuertes. ¡Y vaya tarea! Quién, con total franqueza puede decir que no quiere para sí una mujer capaz y dedicada en crear bases sólidas para un buen matrimonio y un puerto seguro para que sus hijos tenga la, (ahora tan de moda), ¿autoestima alta?
Tzniut, a diferencia de lo que, desde afuera, se quiere etiquetar no es sinónimo de "aburrida", "sin gracia" o "fanática"; tzniut, entre otras cosas, es descubrir que nuestro valor va mucho, muchísimo mas allá de nuestro aspecto físico y de nuestra edad. En el mundo no-observante, los años suelen ser señal de deterioro, en nuestro mundo, el mundo de la Torá, los años pueden y deben ser signo de sabiduría y paciencia. En el mundo no-observante existen algunas púberes o adolescentes, que entre sus lastimosas características, figuran la de vestirse en forma provocativa, en el nuestro, en el mundo del cumplimiento de las Mitzvot, intentamos educar a nuestras hijas hacia una madurez y valoración interior, cuidándolas de las malas miradas y de las malas intenciones.
Abraham Abinu sabía perfectamente que la exposición de la belleza femenina puede, (lo aleinu), traer desgracias; es por ese motivo que al llegar a Egipto, intenta ocultar a Sara. Cuando Sara es "des-cubierta" por los egipcios y llevada al faraón, Hashem responde inmediatamente a sus ruegos, y pone a su disposición ángeles que la salvan.
Tal vez podríamos deducir que D-os escuchó el pedido de Sara sin "interferencias", ya que toda su actitud, su recato y humildad, su Tefilá (rezo) y su Emuná (fe), mantenían limpio el "canal de comunicación", y todas sus virtudes funcionaron de "garantía".
El tzniut, para las mujeres que podemos vencer las resistencias, (aunque sea un poquito), se va transformando en un oasis, aliviándonos de los áridos desiertos de la seducción, la alergia a las arrugas, o el terror al "que dirán". El tzniut es un arma potente que Hashem pone en nuestras manos para poder cumplir y ayudar a cumplir con preceptos básicos: No ser adúlteros/as, y No codiciar la mujer del prójimo; es un arma para no tentar y no ser tentado. El tzniut también es ser bella, pero bella para un sólo hombre, nuestro amado esposo, y para un sólo tiempo y lugar, nuestra amada intimidad.
Por último, nuestros Sabios dicen que cuanto mayor es el esfuerzo por cumplir una mitzvá, tanto mayor es la recompensa. Que así sea para todas nosotras; que podamos, a base de esfuerzo y fe completa, transformarnos hasta ser modestas como la luna, y permitir que la luz de la Torá se refleje a través nuestro, que seamos merecedoras de iluminar las noches más oscuras, y nos renovemos con blancura infinita todos los meses, por siempre, Amén.
Patricia Lande, Argentina.
Asistí a un debate donde si bien se trataba de demostrar quién es un buen yehudí, el trasfondo de todo era quién se considera yehudí.
Por parte del mundo secular logré darme cuenta que había un par de personas muy inteligentes, preparadas, que sabían hablar muy bien en público y que trataban de aportar lo mejor de sí mismos para el mundo judío y no judío.
Por supuesto los ánimos estaban caldeados como a la mitad del debate. Por un lado, yehudim que cuidan Mitzvot y, por el otro, yehudim que no cuidan.
Nada nuevo.
Cuando uno trata de cuidar algunas Mitzvot, para hablar claro, cuando uno Baruj Hashem ya está del otro lado, es tan fácil darse cuenta de la verdad que resulta muy doloroso ver cómo gente tan brillante no la puede ver: Hashem entregó la Torá a Moshé y nos pidió que hiciéramos y obedeciéramos los mandamientos inscritos en ella. Más allá de interpretaciones hay conceptos muy claros y textuales como respetar Shabat, comer kasher y estudiar Torá (entre muchas otras cosas más).
Algunos yehudim brillantes y preparados que rechazan y niegan una y otra vez la posibilidad, ya no de estar en el otro lado, sino de atisbar lo que hay un poco más allá y no desde su punto de vista secular sino desde el punto de vista de yehudim observantes que apelan a la razón y que se han basado en investigaciones de eruditos observantes y seculares.
Tomar una decisión de vida clave y fundamental no puede hacerse a la ligera por más conocimientos seculares que se tengan.
Si tú perteneces al mundo yehudí secular, por lo menos estudia un poco el otro lado y sólo entonces toma una decisión. ¡Eres un yehudí!
Sólo por eso asómate a las Fuentes Originales y ve el porqué lo eres. El porqué aunque tienes los mismos derechos que un no yehudí, tienes más obligaciones.
Bueno, al menos comprueba si es verdad que existe un Creador y el porqué hay tantos yehudim que, pese a la modernidad, insisten en cuidar lo escrito en un libro de hace miles de años y el porqué existen yehudim que antes estaban en el mundo secular liberal y cómodo y se cambiaron al otro lado donde hacen cosas raras (Mitzvot).
¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? Son preguntas obvias que deben hacerse sobre todo gente preparada e intelectual. ¿Por qué hay judíos que no nacieron observantes y decidieron cambiar? ¿Por qué?
Yo pregunto el porqué muchos no se lo preguntan. En verdad no lo entiendo.
Lo terrible del caso es que tenemos en una mesa a algunos exponentes brillantes, preparados e inteligentes, que se niegan en público (conformado por muchos seguidores de ellos) a siquiera aceptar que les falta un poco o un mucho del conocimiento de la Torá.
Estoy segura que ellos no se han dado cuenta de la enorme responsabilidad que tienen sobre sus hombros.
Nadie les pide que se vuelvan observantes. Nadie les pide que dejen de ser seculares. Sólo que se asomen al otro lado con compromiso verdadero y sólo entonces decidir qué hacer al tener una visión global.
Estos yehudim brillantes y seculares al no poder decir con honestidad y humildad que no han profundizado realmente en el conocimiento de la Torá (desde el punto de vista de gente observante) y que tampoco anuncian en público que quizá deberían ver también el otro lado para ver qué decisión tomar, niegan a sus seguidores, quienes obviamente mantienen la misma postura de no cuidar ni estudiar Torá, el permiso de investigar un poco más allá de su sentido común y de su postura no pensada con conciencia, conocimiento y claridad de pensamiento que se obtiene con un panorama completo.
Por favor, no quiero que se malentienda mi posición. Es más, a una de las expositoras seculares la percibí tan preparada e inteligente, con tan enorme capacidad para hablar en público y claridad mental, que no pude evitar imaginármela como una de las mejores Morot de una Yeshibá, y cabeza de organizaciones comunitarias ortodoxas.
Mi posición es de dolor y rabia. Veo brillantez, inteligencia, preparación, y disciplina mental desperdiciada. Estos regalos de Hashem que les fueron dados, no están siendo aplicados al mundo de Torá, a nuestra sociedad que tanta falta nos hace.
Ahora, tampoco quiero minimizar la gran labor que hacen en el mundo no observante. Es gente que trata de exponer un judaísmo secular, frente a los ojos de los no yehudim. Es un gran mérito su buena intención. Lo único es que muestran un judaísmo incompleto. Un judaísmo sin Torá, un judaísmo que carece de las bases y fundamentos que vienen desde la voluntad misma del Creador del Universo.
Estar del otro lado es una bendición que se magnifica cuando vemos yehudim tan brillantes que no pueden estar con nosotros del lado de la Torá.
Estar del otro lado, sobre todo cuando se estuvo del lado secular, nos da una visión global que nos permitió, con la ayuda de Hashem, hacer un ejercicio real del uso de nuestro libre albedrío.
Conocimiento es la esencia de la libertad.
Una persona ignorante no puede tomar una decisión.
Todo lo que puede hacer es
elegir una cosa sobre otra.
Sólo el conocimiento libera a la persona para tomar el control de su vida... toda su vida.
(R.T. Autoestima)
Y con respecto al motivo del debate: ¿Quién es un buen yehudí?
Sólo D´os lo sabe.
Sara Adler Milver
Hola Dr.:
Creo que en unos días le escribiré y le diré cuáles han sido mis cambios y mi reflexión después de asistir al seminario, pero por ahora alcanza con decirle que he decidido dejar de comer jamón y todo lo que se le parezca, al igual que no mezclaré lácteos con carne. Tal vez a usted le parezca poco, pero en realidad para mí es una decisión grande.
Le mentiría si no le dijera que en mi cabeza tengo las ideas dadas vuelta y no dejo de pensar en todo lo que vi. Digo en lo que vi, ya que como le comenté personalmente, me cuesta creer en lo que no veo, pero usted me ha sacado de mis esquemas.
Tengo pensado seguir estudiando y averiguar más sobre todo lo que soy y debo ser.
D.D. NOTICIAS DE TOV INTERNACIONAL El pasado 26 de octubre se llevó al cabo existosamente el V Seminario de T.O.V. en Argentina con la colaboración de las comunidades de Buenos Aires y Rosario.El vigésimo séptimo Seminario de T.O.V. en Nueva York en hebreo se llevará a cabo BHashem del 25 al 28 de noviembre próximos.
La Yeshivá Lékaj Tov para Baalé Teshubá en Monsey NY que estaba impartiendo clases en hebreo e inglés, abre sus puertas ahora en español, a jóvenes de cualquier parte del mundo que quieran estudiar con seriedad. (Los interesados favor de solicitar su hoja de inscripción).
Ya contamos con una dirección electrónica más breve para entrar a nuestra hoja de internet:
WWW.TOVNET.COM
La dirección anterior también sigue funcionando.
CLASES Y CONFERENCIAS:
Filosofía de la Biblia: lunes a jueves de 20:20 a 21:15
Conferencias: miércoles 21:30 Temas de interés general
Mujeres:
Pláticas de Torá (Crecimiento Personal):
Martes 12.00 a 13.00 (Morá Miriam Turkíe).
Tehilim (Salmos): miércoles 12:00 a 13:00 (Morá Batsheba Perets).
Perashat Hashabúa: sábados 17:30 hrs. (Dr. Obadiá Maya).
Hombres:
Halajot: lunes a jueves 18:40 a 19:15
Antología del Talmud: lunes a jueves de 19:15 a 20:15 (Dr. Isaac Betech).
Guemará: lunes a jueves de 20:30 a 21:15 hrs. (Rab Mijael Perets).
ALGUNOS SERVICIOS QUE OFRECEMOS: